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¿Ha entrado en crisis el Atleti?

No pretende este texto cuestionar las andanzas del equipo de Diego Pablo Simeone en la presente temporada pero es impepinable que el conjunto colchonero atraviesa por uno de sus momentos más dubitativos lo que llevamos de curso. Lo que en años anteriores podría parecer un mes normal, ahora se entiende como un bache de forma y resultados y esa autocrítica no es del todo mala, qué queréis que os diga.

Varios son los motivos que llevan a pensar en esta pequeña crisis en la brillante temporada atlética pero uno prefiere creer que no es solo un problema el que existe en el Atlético sino un cúmulo de circunstancias que, si bien durante una temporada suelen sucederse progresivamente, al Atlético de este año se le han amontonado una tras otra como si aquel gol de Orbaiz que abofeteó las opciones en la Europa League hubiese sido una especie de maldición.

Y es que desde aquella fatídica fecha o, mejor dicho, desde que se consumó la eliminación rojiblanca en Moscú, los números se han resentido. Aquella infausta subida de Sergio Asenjo supuso la primera mancha de un hasta entonces inmaculada trayectoria en el Vicente Calderón. Desde entonces, el Atlético ha visto volar del Manzanares cinco puntos ante Real Sociedad y Valencia, algo insólito hasta la fecha.

Bajón físico, lesiones y arbitrajes

El bajón físico vino precedido por muchos hace varias semanas. Aunque en un principio Simeone confió en toda la plantilla –incluso había una competición para cada jugador- el paso de las semanas ha ido eliminando candidatos al once rojiblanco hasta el punto de que, en algunos encuentro, el argentino termina por realizar únicamente una sustitución. Esta falta de confianza en el fondo de armario ha provocado una sobredósis de minutos que está afectando sobre todo a los atacantes atléticos.

Falcao, presionado por la enorme responsabilidad anotadora, Diego Costa, cuyo personaje de malo malísimo parece haberle alejado de su objetivo para perderse en luchas innecesarias, y Adrián, que nunca se supo si volvió de los Juegos Olímpicos, no presentan hoy por hoy una garantía sólida para sacar los partidos adelante, más aún en una plantilla en la que el colombiano y el brasileño han marcado, salvo uno, TODOS los goles colchoneros desde el 20 de enero.

Las lesiones han sido solo dos, pero realmente críticas. Nunca pensé que diría estas palabras, pero la presencia de Tiago se antoja fundamental en este equipo. Raúl García se fue diluyendo con la temporada y Mario Suárez parece tener la cabeza con más pájaros que ideas futbolísticas –especialmente sonrojante su expulsión en Getafe, por lo que la fractura de brazo ha dejado más solo que la una a un Gabi que tampoco atraviesa por su mejor momento de inspiración.

Por si la baja del portugués no era suficiente, el tobillo de Arda Turan dijo basta. Pasivo en ocasiones, con cierta sensación de vagueza en otros casos, lo cierto es que el turco es el único futbolista que, hoy por hoy, no tiene un reemplazo en el once atlético. Ni el resto de centrocampistas por falta de calidad, ni Óliver Torres por falta de confianza del técnico y aún demasiado verde están capacitados para llenar su espacio.

Dejamos para el final a los árbitros. ¿Tienen culpa? El tópico reza que siempre dan y quitan, pero el gol en fuera de juego de la Real Sociedad, el penalti no pitado ante el Valencia y otra pena máxima algo más rigurosa en el Coliseum Alfonso Pérez podían haberlo cambiado todo hasta el punto de que estas letras jamás hubieran sido escritas.

Aquí dejo mi reflexión. Tres motivos, tres, que rara vez coinciden en el rendimiento de un equipo pero que, caprichos del destino, se han instalado este último mes y medio en el Atlético de Madrid. La primera opción para desperezarse, el Granada. Ante los nazaríes rompió Falcao su mala racha del pasado curso y se consagró Juanfran ante el Calderón. Veremos si siguen siendo talismán.

Periodista en Eurosport Yahoo! Rojiblanco como bendito castigo y nostálgico del fútbol de antaño. Politeísta creyente en Gárate, Luis, Arteche y Calderón. Fernando Torres, el profeta.