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Diego Pablo Simeone acudió con gesto sonriente y relajado como habiéndose quitado un peso de encima. La primera piedra solida de su proyecto como técnico rojiblanco local lo dio realmente hoy. Victoria contundente ante un rival con nombre aunque venido a menos y sobre todo sensación de equipo sólido y con una dosis enorme de sacrificio y confianza en lo que hace.

Volvió a vencer el Atlético en el Calderón, algo que no sucedía desde el 17 de Enero contra el Mallorca. Y se venció al Villarreal, clasificado en cuarta posición, con un juego que invita al optimismo. Quique sacó de inicio la defensa de la que hablábamos el otro día aquí y esta vez no defraudó. Un centro del campo formado por Tiago y Mario Suárez, con Elías más liberado, y arriba los de siempre. Quique apostó por una nueva alineación (ya van 72 distintas) y el equipo se mostró muy superior al rival, excepto en los últimos 15 minutos de la primera parte, cuando parecía que el Villarreal se llevaría el partido.

Les contaré un secreto, si algún día pasan por el estadio del Atleti al término de un partido y escuchan que la afición sale cantando: Yo me voy al Manzanares, al estadio Vicente Calderón, donde acuden … es que el fútbol y el Atleti se han reconciliado. El Atleti venía de representar, con éxito de crítica y público, uno de esos partidos infames con los que los nuestros nos obsequian con mayor asiduidad de la que nos recomendarían en una prescripción médica responsable que tuviera como objetivo un tratamiento curativo de nuestra pérdida de fe colchonera.

El lamentable arbitraje de anoche de Ramírez Domínguez es sólo un detalle más del desastre organizativo en el que está sumido el fútbol español. Los árbitros son humanos y se entiende que puedan equivocarse, lo que ya no se entiende tanto es que durante un partido siempre se equivoquen en contra del mismo equipo y que lo hagan de forma tan descarada.

Anoche jugaba el Atlético en Villarreal y tenía una propuesta de salir con unos buenos amigos a tomar unas cervecitas. Tengo que decir que me lo pensé. Sí, el solo hecho de dudar si salir por la noche o quedarme en casa a tomar para ver el partido del Atleti, ya dice mucho de mí. Pero, al final, me animé a darme una vuelta por la noche toledana. Acerté.

A pesar de haber vivido en Madrid durante varios años, por diversos motivos no pude hacerme socio del Atlético de Madrid. Una de mis ilusiones, desde siempre, ha sido ser abonado del Atleti. Por diversos motivos no pude abonarme hasta hace ocho temporadas. Y en el partido de ayer se me acabó la ilusión. Lo siento, pero es así.

Yo pensaba que pasaría mucho tiempo antes de que volviera a ver y a disfrutar un partido como el del Barcelona. Pero, mira tú por donde sólo han pasado dos semanas y ha vuelto a ocurrir. Hoy el Atlético ha dado una lección de fútbol, de fe y de confianza en la victoria. Sencillamente genial, sencillamente espectacular.