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Diego Pablo Simeone dejó lo mejor para el final del partido. A falta de 20 minutos y con una escasa diferencia de tiempo entre ambos cambios, sacó al terreno de juego a Arda Turan y a Óliver Torres. El partido cambió radicalmente. El Atlético llegó varias veces y con más peligro de lo que lo hiciera durante todos los minutos anteriores. Podría justificarse que dejara a Turan en el banquillo ya que está recién salido de una lesión, pero creo que va siendo un clamor que el joven Óliver tiene sitio en este Atleti.

Con el buen sabor de boca que dejó la victoria frente al Granada aún presente en los aficionados rojiblancos, el Atleti encara la parte más complicada del calendario con tres objetivos. El primero y más necesario por el componente económico, es asegurar la tercera plaza. El segundo, por proximidad en el tiempo, es vencer al Madrid y romper esa nefasta racha que ya dura demasiado. El tercero y último, pero igual de importante que el anterior, es quedar por encima del eterno rival al final de la Liga.

No pretende este texto cuestionar las andanzas del equipo de Diego Pablo Simeone en la presente temporada pero es impepinable que el conjunto colchonero atraviesa por uno de sus momentos más dubitativos lo que llevamos de curso. Lo que en años anteriores podría parecer un mes normal, ahora se entiende como un bache de forma y resultados y esa autocrítica no es del todo mala, qué queréis que os diga.

Adrián
El delantero atlético está defraudando esta temporada a quienes confiábamos en él. Ha tenido muchas oportunidades, pero salvo contadas ocasiones, como en el partido contra el Celta, su presencia en el campo ha sido absolutamente intrascendente. Parece, por lo que se comenta, que es el elegido por Simeone para sustituir a Arda Turan. Simeone no lo quiere perder definitivamente y, quiere recuperarlo para la parte final del campeonato dándole esta nueva oportunidad.

Tengo la sensación de que el Atlético de Madrid no le está dando excesiva importancia a conseguir, o por lo menos intentar, el segundo puesto de la clasificación de la Liga. Antes no ocurría que el Atlético estuviera durante tanto tiempo por detrás de ambos equipos. Pero en esta nueva era de la SAD llevamos 17 temporadas sin quedar por delante de Real Madrid y Barcelona. Desde la temporada del doblete no estábamos tan cerca de poder lograrlo. Sin embargo, hasta hoy no se había percibido ninguna inquietud

Cuando el Atleti se desvía un milímetro del manual quedan al descubierto sus carencias más inconfesables. A veces el desvío se produce por causas propias, y otras, porque el rival no le deja explotar tus propias virtudes. El partido contra la Real Sociedad fue una mezcla de ambas circunstancias: en algunos momentos los donostiarras neutralizaron el juego rojiblanco a base de pasarse la pelota, sobre todo desde la mitad de la primera parte hasta el descanso y en otros, como en la segunda parte, porque su defensa se parapetó con gran eficacia cerca del marco de Bravo.

Tres malos partidos fuera del Vicente Calderón y se desató la ira. Una parte de los aficionados atléticos criticó con excesiva dureza el flojo partido de los colchoneros en Vallecas, olvidando la excelente temporada que lleva hasta ahora el Atlético de Madrid. Sólo hay tres equipos en España que pueden ganar tres títulos y uno de ellos es el nuestro. El Atleti bate récords cada semana, pero eso no cuenta. Es segundo en la Liga después de dieciocho año y no se reconoce el mérito.