Para que algo reluzca siempre tiene que haber un trabajo oscuro, casi subterráneo detrás. En el actual Atlético de Madrid hay dos delanteros que acaparan portadas, un centro del campo cimentado en canteranos que tuvieron que emigrar para volver y consolidarse y un portero que, aunque a préstamo, dejará un imborrable recuerdo el día que marche rumbo a Londres.
Pero en este Atlético de Madrid hay algo más.
20/03/2013






