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Ocurrió en Barcelona

Sevilla-Atlético | Final Copa del Rey 2010

Copa del Rey
Final

Atlético Atlético 0

Sevilla Sevilla 2

Atlético: De Gea, Ujfaluši, Perea, Domínguez, Antonio López, Reyes, Assunção (Raúl García, 60'), Tiago, Simão (Jurado, 61'), Forlán, Agüero

Sevilla: Palop, Konko, Squillacci, Escudé, Luna, Navas, Zokora, Renato (Lolo, 93'), Capel (Perotti, 88'), Kanouté, Negredo (Romaric, 68')

Goles Goles

0-1 Capel (5')
0-2 Navas (91')

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Barcelona será una de nuestras ciudades recordadas. Como antes lo fue Glasgow, Bruselas, Stuttgart, Hamburgo o Zaragoza. Lo que se vivió el miércoles en Barcelona perdurará por siempre en la memoria del Atlético de Madrid, del fútbol español y del fútbol mundial. Si nadie me recuerda lo contrario, nunca antes un club de fútbol había desplazado a tal número de seguidores para ver un partido de fútbol.

Por las razones que ustedes quieran, sin duda la victoria de la semana pasada en la Europa League animó a muchos, las ganas de volver a celebrar un título, el deseo de reivindicar la grandeza de club histórico, por lo que quieran, el caso es que ayer Barcelona, Cataluña y España entera se sintió colchonera.

Los cuatro kilómetros que separan la plaza de España del Camp Nou se convirtieron en una fiesta extraordinaria. Nunca viví nada parecido, si acaso el día en que se celebró el centenario del Atlético de Madrid. Fuera de ese día, nada que se le parezca. Tampoco los barceloneses que fueron testigos de lujo de algo realmente excepcional. Una marcha rojiblanca, animosa, pacífica, confiada y alegre. Se asomaron a los balcones, a las puertas de las tiendas y creo que muchos de ellos tendrán para siempre un pequeño rincón de su corazón para los colores rojiblancos.

Quien no lo viviera pensará que soy un exagerado, pero quienes estuvisteis allí sabéis que hasta me quedo corto.

Y en esto llegó el partido, era el motivo que nos había reunido en Barcelona a 100.000 personas. La fiesta continuó dentro del estadio durante los momentos previos al inicio del partido. La alegría nos duró poco porque a los cuatro minutos y tras varios rechaces fallidos le llegó la pelota a Capel que conectó un potente disparo que se coló por la escuadra. Dicen que Capel ha visto el vídeo cientos de veces para comprobar dos cosas, la primera que fue él quien disparó y la segunda que el balón entró.

El gol marcó el resto del partido. El Atleti se sintió, a veces impotente, siempre con ganas, con intención, con momentos de buen fútbol, pero sin conseguir empatar el partido. Son de esos encuentros que ves que no, que por mucho que dure, no se logrará la victoria.

En una magnífica jugada entre Agüero y Ujfalusi el Atleti disparó hasta tres veces, y otras tantas veces los sevillistas fueron capaces de sacar el balón bajo su portería. Si el balón no penetró el arco andaluz en esa jugada era prácticamente seguro que no entraría en todo lo que quedaba de partido.

Y así, llegó el final del partido con el Atleti insistiendo, a veces con más acierto que otras, pero con toda la intención y las ganas para llevarse la Copa a Madrid.

Al término del encuentro la fiesta continuó, en una nueva edición de no dejes que la derrota te impida disfrutar y sentirte orgulloso de pertenecer a la familia rojiblanca. Durante media hora espectacular, con los pelos de punta y las lágrimas en los ojos, 50.000 gargantas no paraban de cantar y jalear a sus jugadores.

Éstos asistían atónitos al grandioso espectáculo de una afición única, una afición que sostiene el club desde siempre, pero mucho más en esta dura época que está tocando vivir. La afición es el verdadero capital del club. Quién lo sostuvo en Segunda División y quién lo mantiene ahora.

Forlán aplaudía a la grada de vez en cuando, Tiago estaba con la boca abierta, Domínguez lloraba y el Kun … El Kun era una estatua. Lo más que hacía era ponerse en cuclillas, volver a ponerse de pie y llorar y llorar, con un sofoco que le duró media hora. Treinta minutos, mil ochocientos segundos interminables. A mí me impresionó, sinceramente. Es más, por momentos sentía angustia por él. No tenía motivos para estar disgustado. Se había perdido una final con honor y siete días antes ganamos un título europeo. Se le acercaban compañeros, pero Agüero no reaccionaba, ni el mismísimo Quique pudo consolar al argentino.

Varios jugadores se acercaron al final a entregar la camiseta a los aficionados. Pero, Agüero, no. Por la razón que fuera él no la entregó. Algunos vimos que todo esto que acabo de describir era un síntoma de que el Kun había jugado su último partido como atlético. Yo creo que es probable que Agüero no continúe con nosotros. Pase lo que pase siempre tendrá nuestro cariño.

Y así terminó la temporada con la tristeza de perder un título, pero con la alegría de haber conquistado Europa 48 años después y de constatar, una vez más, que la afición colchonera no tiene comparación con ninguna otra en el mundo.

Hasta aquí las crónicas de los partidos de esta temporada en forzaatleti.com, pero esta web no descansará. Seguiré escribiendo artículos de actualidad atlética y a partir de 16 de junio contaré los partidos de España del Mundial.

A la contra: Sólo le pondría un pero a algunos aficionados atléticos y es que cuando los futbolistas del Sevilla se acercaron a nuestra parte del campo a saludar, todos deberíamos haber aplaudido. Al final creo que fueron más aplausos que pitos. La rivalidad no está reñida con el buen comportamiento y el reconocimiento al detalle que tuvieron.

El club sigue transmitiendo inseguridad cada inicio de temporada. Hay dos situaciones cruciales que hay que resolver cuanto antes: la de Quique y la de Agüero. De la continuidad o no de ambos depende el futuro inmediato del Atlético de Madrid.

El apunte: El Príncipe no pudo entregar su primera Copa del Rey al Atlético. Su padre entregó su primera Copa, que aún se llamaba del Generalísimo, a Adelardo, la de 1976.

Corona de laurel: a todos los jugadores del Atlético de Madrid, en especial al Kun Agüero y a Quique Sánchez Flores por hacer realidad nuestro sueño.

Del Atleti por principios. Y hasta el final.

Comentarios (4)

  1. Todos los que estuvimos allí sabemos que se perdió el partido, pero se ganó la final. La afición atlética demostró educación (excepto los cuatro cafres que hay en todos lados), saber estar, lealtad y pasión. No nos dejamos amedrentar por nadie y dimos ejemplo de cómo debe ser la hinchada de un equipo grande. Eso no lo entenderá nadie que no estuviera allí, ni falta que hacer. Nosotros, los afortunados que formamos parte de esto, no necesitamos que nos cuelguen medallitas ni nos deslumbren con sus focos para saber lo importante que es.

    Un abrazo.

  2. Coincido contigo en que el trayecto hasta el Camp Nou fue impresionate, algo genial. Y el comportamiento de toda la afición tras el partido ejemplar y unico.

    Saludos

  3. Impresionante compañero, estos partidos hacen afición, creo que nuca se podrá hacer nadie una idea de lo que allívivimos sin haber estado, supongo que la TV no termina de hacer imaginar aquello.
    Un saludo, por cierto, de momento no se sabe nada del Manchester

  4. siempre la afición da mucho más que el equipo. Deberíamos reflexionar sobre ello. un abrazo.