Si el partido de ayer hubiera sido una competición con el criterio de a ver quién sube la pelota más alta o quién la pega más fuerte, el Atleti hubiera ganado el partido por goleada. Pero da la casualidad de que en este deporte suele ser más eficaz ir pasándose la pelota entre compañeros, si es posible a ras de césped, hasta que uno del equipo logra disparar a portería, contaria, se entiende. Y en alguno de estos intentos hasta se puede conseguir un gol y todo.