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El Atlético de Madrid ultima su pretemporada y cae por la mínima ante el Valencia. Puede parecer una broma una frase así cuando ya estamos en la tercera jornada de la Liga, y si lo fuera sería una de muy mal gusto. Pero es la realidad que nos toca vivir año sí y año también bajo la gestión de Gil Marín y Cerezo. Fichajes tardíos, transfers que no llegan y salida de jugadores a últimísima hora hacen que, tras 3 semanas de comienzo de Liga, jornada de huelga y semana de selecciones incluída, los jugadores apenas hayan entrenado 3 veces juntos.

Estaba la afición con los ánimos encendidos los días previos al choque contra el Valencia. Tanto es así que el balón no había empezado a rodar cuando algunos atléticos proclamaban lo bien que estaba tocando la pelota el Atleti. La ilusión ni se compra ni se vende, se tiene o no se tiene. Y a tener ilusión, no nos gana nadie.

Siendo más realistas podríamos convenir que no parece muy probable que un equipo pueda ganar cuando el entrenador ha podido contar con toda la plantilla solo en tres entrenamientos.

Transcurrió la mañana con una noticia buena y otra mala. La convocatoria de Domínguez con la selección absoluta fue una sorpresa para los atléticos que llevábamos reclamando, infructuosamente, a Del Bosque que llamara al canterano desde hace tiempo, si bien ahora con menos fuerza que hace un par de temporadas. La progresión que se le adivinaba se cortó de raíz la temporada pasada por un quítame allá no sabemos bien qué, con Quique Flores.

Anoche fue el día de las segundas oportunidades. Es como al día siguiente de romper con el amor de tu vida lo primero que haces, casi instintivamente y con el pinchazo del despecho aún doliendo, coges el teléfono y marcas ese número que creías olvidado, el de tu ex: “¿¡Diego!?, veras…ejem…que he estado pensando mucho en ti…en lo nuestro…todo este tiempo que hemos estado alejados…y además este verano…pues eso…que…¡te quiero!” Como avergonzado, sin saber qué más decir…como agarrándote a ese amor que creías muerto por aferrarte a algo. Como casarte con tu ex novia.

Se consumó. Se había consumado. Según De Gea solo hace tres días. Según el resto del planeta hacía varios meses. El ex portero del Atleti ha estado jugando al gato y al ratón durante demasiado tiempo. Ha representado una comedia que ha tenido su desenlace, de sobra conocido, en la tarde de ayer.

Todos han tenido su papel en la penosa representación de una obra ya repetida en demasiadas ocasiones en los últimos tiempos.

Se le atribuye a José Luis Pérez Caminero reciente, que no flamante, director deportivo del Atlético de Madrid la frase «Si no se va nadie, no viene nadie» a la que podríamos contraponer frases ilustres e igual de acertadas como «Si mi abuela tuviera ruedas sería una moto»

Les sugiero a los amables lectores que a la vez que leen esta letrilla que he compuesto añadan un poco de música al estilo rap para que puedan disfrutar en profundidad.

Otro año, otro engaño
Pudo ser Benítez, pero dijo no
Pudo ser Enrique, pero dijo no
Otro año, otro engaño