Se había dicho durante toda la semana que el partido del Valencia era clave para la continuidad de Quique Sánchez Flores, que su ex-equipo podría ser su verdugo en caso de producirse una derrota. La misma semana que se presentaba un grupo opositor a los gestores del club, cuya voz principal es el hijo de Vicente Calderón, una serie de artículos y entrevistas habían aparecido en los principales diarios deportivos, apoyados por sus respectivas radios, alabando a los dueños del club y desviando la atención de la afición hacia el míster.