Tras la eliminación europea, llegaba el Atlético a Málaga con ganas de redimirse con una nueva victoria liguera que le volvería a acercar a los puestos de Champions. Enfrente, el Málaga de Pellegrini enfrascado en puestos de descenso y con la necesidad urgente de dar una alegría a su afición. Como curiosidad, la temporada pasada, el Atlético no consiguió hacerle ningún gol al Málaga. Con muchos jugadores pensando ya en las vacaciones navideñas, fue Simao, que ya sabía su inminente traspaso al Besiktas turco, el que decidió llevarse el partido.