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Ayer, a primera de hora la noche, conocimos la renovación de Diego Godín por otras cuatro temporadas. Una noticia que tranquilizaba a la afición rojiblanca, ya que el defensa uruguayo había recibido una sustanciosa oferta para cambiar de equipo y de liga. No es la primera vez que le tientan desde otros equipos con más dinero para abandonar el Atleti, aunque quizás esta ocasión sí que había más razones para pensar que la operación podía cristalizar.

He de reconocer que la marcha de Arda Turan al FC Barcelona no me causó tanto desasosiego como provocó a muchos atléticos, a tenor de lo que pudo leerse en twitter. Si acaso, rabia, por ver cómo un futbolista que se había considerado atlético se muestra tan feliz de recalar en un rival directo de su querido Atleti. No obstante, siendo realista, cuando un futbolista muestra tanta alegría en irse del Atlético de Madrd no merece lamentar la pérdida ni por un momento.

Se invocó al espíritu de las grandes remontadas. El del Real Madrid del miedo escénico. El del Madrid capaz de lo imposible. La prensa madridista oficialista, es decir casi toda, puso en marcha su poderosa maquinaria para que el equipo blanco eliminara al Atlético de Madrid y así, poder tener una nueva edición de un Barça – Real Madrid.

Pero la caverna mediática no puede saltar al césped.

Termina 2014, un año que será recordado para siempre por todos los atléticos. Fue el año que volvimos a vivir con pasión cada partido de una liga ganada con todo merecimiento a los dos equipos más poderosos del mundo. Para mayor mérito la liga se ganó en el Camp Nou, en un partido contra el equipo que muchos han calificado como el mejor de la historia. Una proeza que merece por nuestra parte el justo reconocimiento, aunque la mayoría de la prensa lo silencie o lo desprecie.

A menos de dos semanas para la Gala de Premios LFP 2013/14, comienza a publicarse con cuentagotas la lista de nominados en las distintas categorías en la que encontramos muchos jugadores del Atlético, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, entre los nominados se echan de menos jugadores muy importantes en la consecución del título liguero y en cambio encontramos otros que no fueron ni los mejores de su equipo. ¿Por qué?

Vivía la Liga española en el nirvana del duopolio construido en la última década a base de favorecer a los poderosos y olvidarse de los pobres hasta que hace dos años y medio llegó Diego Pablo Simeone al Atlético de Madrid. Desde entonces, el guión establecido en los despachos y alentado desde las redacciones ha terminado en la destructora de papel. El Atleti se proclamó campeón de liga con autoridad y contra todo pronóstico en un campeonato histórico.

Luis Aragonés dijo, para motivar a los jugadores de la selección española en la final de la Eurocopa de 2008, que nadie se acuerda del segundo. Puede que muchas veces, incluso la mayoría de veces, sea así; pero no siempre. ¿Hay alguien que no reconozca el valor de Aníbal aunque no conquistara Roma? ¿No se recuerda la hazaña de Robert F Scott aunque llegara al Polo Sur después de Amundsen? ¿Acaso hemos olvidado el equipo legendario de 1974? El Atlético de Madrid perdió la final de la Copa de Europa, aunque no por ello dejará de ser recordado con orgullo por siempre.