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Es habitual que cada verano se disparen los rumores sobre fichajes y posibles cambios en las plantillas de los equipos de fútbol. Éste tiene la particularidad de que ciertos asuntos que, en principio aparentaban que se prolongarían en el tiempo, hayan terminado por concretarse recién finalizada la temporada. Neymar y Mourinho son un buen ejemplo de ello.

En el caso del Atlético de Madrid, una vez que Simeone renovó por cuatro temporadas

Acaba una exitosa temporada para el Atlético de Madrid y no hay tiempo para relajaciones. La dirección deportiva, de la mano de Diego Pablo Simeone, configura ya la que será la plantilla del próximo año. Un grupo en el que no estará Radamel Falcao, ya en el Mónaco y en el que habrá que ver si está Leo Baptistao o se busca una cesión al brasileño.
Mientras se negocia la adquisición de un delantero que supla al colombiano y se busca salida a futbolistas con pocas papeletas para continuar un año más

Ni recuerdo ya cuantos veranos llevan bombardeándonos con Diego. Sólo en uno de ellos se cumplieron las expectativas de ver a Diego vestido con la casaca del Atlético. El centrocampista vino en una cesión del Wolfsburgo. Sólo estuvo una temporada, pero dejó unas buenas dosis de fútbol que, aún hoy, se añoran en el Calderón. Este verano, vuelven a sonar los rumores que indican que el Atlético de Madrid quiere fichar a Diego.

El gran trabajo de Courtois ha sido reconocido por todo el mundo: entrenador, compañeros, prensa y afición. Además ha obtenido el premio Zamora de la Liga, algo que como saben, no lo conseguía un portero rojiblanco desde que lo hiciera José Molina. Y este reconocido premio lo ha conseguido con sólo 21 años recientemente cumplidos. Courtois ha alcanzado la madurez en plena juventud.

Tras ver el maravilloso reportaje que RTVE ha realizado sobre el Atlético de Madrid en el programa Conexión Vintage de su canal Teledeporte me vienen a la cabeza y al corazón ciertas reflexiones que me gustaría compartir.
Puede que al principio cueste adentrarse en la historia del Atleti.
Nos pilla un poco lejano todo aquello que ocurrió hace muchos años. Nos interesa más la actualidad, el día a día, las noticias del presente e ilusionarnos con el futuro.

La primera vez que vi a Falcao con la camiseta del Atlético de Madrid todavía me dolía esa víscera tan en desuso en los tiempos modernos que algunos llaman corazón. Me ocurrió lo mismo cuando vi por primera vez a Forlán o a Courtois o a Agüero. No piensen por tanto que hablo exclusivamente del colombiano. Mientras a mi alrededor el grueso de aficionados entiende perfectamente ese nutrido ramillete de tesis que explican “perfectamente” la salida de los ídolos del Atleti.

La operación de la venta de Falcao al Mónaco ha dejado en evidencia muchos aspectos sobre la gestión del Atlético de Madrid. Y todos nefastos para el prestigio del club: las prisas por confirmar el acuerdo sin esperar a que terminara la última jornada de Liga, el ocultismo sobre las cifras de la operación, el pasillo que le hicieron sus compañeros en un entrenamiento, no convocarle para el último partido de Liga, de nuevo las prisas por hacer la conferencia de prensa de despedida, … Nada se ha hecho bien, como es natural, en el Atleti.