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A las 20:45 el Atlético de Madrid juega en Oporto el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de Eruopa (sé que está más de moda decir la Champions, pero a mí me gusta más el nombre de siempre). El resultado de la ida es bastante malo, pero los últimos partidos del Atleti invitan al optimismo, así que por qué no vamos a ganar al Oporto.

El partido de ayer fue la confirmación definitiva de que este equipo, mejor dicho este club está en destrucción. Escribo club porque el equipo es sólo un síntoma de lo que ocurre dentro del Atlético de Madrid. Ayer la verdad quedó desnuda ante nosotros en el césped del Calderón.

El próximo viernes a las 12 de la mañana tendrá lugar en la sede de la UEFA el sorteo para las eliminatorias de los octavos de final de la Liga de Campeones. El Atlético de Madrid quedó segundo de su grupo y obviamente tendrá que enfrentarse a un equipo de los quedó primero en la fase de liguilla. Mucho se ha discutido sobre si era mejor que el Atleti hubiera ganado su grupo.

Se acabó, sin ningún incidente ni accidente, la pesadilla en la que se convirtió todo el asunto del Olympique de Marsella. Creo que esa es la mejor conclusión que podemos extraer del partido de ayer. Sinceramente, el resultado era lo de menos. Hay que ganar siempre, pero dadas las circunstancias, lo mejor era terminar cuanto antes.

El partido que mañana va a jugar el Atlético de Madrid en Marsella contra el Olympique es más que nunca un partido de alto riesgo. Pese a que Aguirre y Clemente Villaverde, al que acabo de escuchar en una entrevista en la Cadena Ser, quieren transmitir tranquilidad la situación es bastante preocupante.

Ni Platini, ni Villar, ni sus sentencias, ni una ruinosa gestión deportiva y económica, ni unos futbolistas indolentes con demasiada frecuencia nos separarán del Atlético de Madrid. Con los aficionados atléticos no podrán porque el sentimiento atlético es parte de nuestra vida.

Empecé el partido con la emoción en el cuerpo. Ver y escuchar a los hinchas del Liverpool cantar el You´ll never walk alone es absolutamente inigualable. Envidia me da de que no lo hagamos en nuestro campo. El Atlético de Madrid iba a disputar un encuentro de los grandes en un estadio mítico.