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¡Qué bote el gallinero!

¡Aquí están, estos son, los hinchas del Calderón! se mezclaba con gritos de ¡que bote el gallinero! ¡que bote el gallinero!… Resuena el himno del Atleti por enésima vez entonado por gargantas ya medio rotas en unas gradas que se vacíaban poco a poco de ochenta y pico mil desilusionadas almas. Aficionados merengues con la mirada gacha y las manos en los bolsillos. Mientras botan y cantan sin parar los 4.000 locos que pueblan los sectores 531, 533, 631 y 633 de esa infame tribuna con el sobrenombre de el gallinero del Santiago Bernabéu. Entradas baratas que venden a precio de oro a las aficiones rivales. Se ve el futbol lejos, mal y de manera incomoda. Guerra psicológica en toda regla ¡Da igual! Los 4.000 han acallado hoy a 20 veces más personas toda la noche. La guardia pretoriana que ha trasladado unas horas el Vicente Calderón del Manzanares a Concha Espina.

No, no…no es un sueño sino un recuerdo…los marcadores del Santiago Bernabeu lucían un 1-3 glorioso. Era casi medianoche del 30 de octubre de 1999. Tal vez lejano sí, pero un recuerdo indeleble que guardo en la memoria. Entre 1999 y 2003 fui a todos los derbis locales y visitantes. Tampoco son tantos si se tiene en cuenta que estuvimos dos años en Segunda. Mi récord por tanto es insólito para los tiempos que corren. Dos derbis en el Bernabéu seguidos e invictos.

Yo estuve ese día pero la historia comienza casi 4 horas antes…. Se queda en la Plaza Castilla y ahí acude en masa la afición rojiblanca para acudir en procesión a territorio hostil. Llega el día de derbi en campo contrario. Sales de casa mucho antes de lo normal y te preparas para un viaje más largo de lo habitual.Toca cruzarse Madrid de incógnito. Con la bufanda rojiblanca casi escondida bajo la chaqueta  como si fueras un delincuente haces trasbordo del tren al metro. En el andén ya te empiezas a sentir un proscrito. Te has cruzado en unos pocos minutos con decenas de personas con bufandas, banderas y todo tipo de parafernalia morada y blanca. En el metro el de al lado te pregunta que dónde debe bajarse para hacer transbordo a la línea 8 que llega hasta el Bernabéu (esto ha cambiado desde entonces pero esa es harina de otro costal) Nervioso por llegar te levantas de tu asiento, te quedan unas cuantas paradas. Caminas y estiras las piernas pero te sorprende una marea vikinga que aguarda en la siguiente estación y termina de llenar el vagón como si de hora punta se tratara.

Te apiñas en un extremo de un vagón como el espía que teme revelar su identidad secreta. Encajonado entre seis ultra sur y un grupo numeroso de tres familias con media docena de niños madridistas todos en círculo, comentando y haciendo pronósticos. En el centro de su asamblea madridista resguardan a un hijo. Guarnecido en el centro del coro de niños y mayores madridistas. El chiquillo roza los 10 años y luce con orgullo una bufanda del Atleti. Mira a sus padres hermanos y amigos casi en silencio, con cercanía, charla con ellos pero se le ve un brillo en los ojos como queriendo darles la noche. Te das cuenta de lo fraticida que son este tipo de partidos. Todos hemos sido ese niño alguna vez. En casa, o si no en el trabajo, en el colegio, o tal vez entre amigos y hasta algunos hemos vivido en familias totalmente madridistas como ese niño. Te brilla la mirada ahora, contagiado por el niño. Quieres mirar con orgullo y por encima del hombro el lunes a ese jefe que te habla de Raúl todo el santo día, al vecino que te comenta las paradas de Iker, a los que te hablan de Hierro y Helguera…los nostálgicos de la quinta del buitre…sí, cuanto más lo piensas, todos hemos sido ese niño, el único de clase con la rojiblanca y esa mirada inigualable de orgullo. Todos conservamos aún el atisbo de ese brillo por muchos ignominiosos derbis que han pasado recientemente.
Sumido en estos pensamientos sin darte cuenta llegas a Cuatro Caminos.

Te saca de inmediato del ensimismamiento el repentino movimiento de la gente hacia las salidas. Oleadas vikingas dejando los vagones prácticamente vacíos y ya te relajas, se te pasa la sensación de alienación. Disfrutas el trayecto holgadamente sentado en el vagón camino a la estación de Plaza Castilla. En frente otro chico te mira con cara de duda, lleváis varias estaciones juntos pero ni te habías percatado de él. Te mira como buscando complicidad, se abre la chaqueta y se deja la bufanda rojiblanca por fuera. Te ríes y le imitas…a las dos estaciones el vagón casi vacío camino de Tetuán estalláis en un cómplice ¡Que bote el Calderón! mientras dos señoras mayores os observan al fondo del vagón. Ríes con el amigo recien encontrado y que te acompañará el resto de la tarde junto a otros 4.000 valientes Castellana abajo sin miedo y con orgullo. Hoy vamos a ganar un derbi.

Del Atleti. Sin cláusula de rescisión. Fundador de #losTorristas. Madrileño de SF, California (los madrileños nacemos donde nos da la gana). Podcaster y cofundador de Esto es Atleti y This is Atleti
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  1. Cuantas veces habré sentido la misma sensación que tu excepcionalmente describes. Miedo, Temor, Desahogo y Pasión.

    Cuando iba al Bernabeu a ver al Atletico, siempre tenia esa sensación.

    Recuerdo una ocasión en el año 1992, a mi padre le obsequiaron unas entradas en la Tribuna del Bernabeu. Era la primera vez que acudia a tal infame estadio, perdimos 3-2, supongo que la ignorancia que es la madre del atrevimiento me hizo gritar y festejar los goles de mi Atleti, en ese mar de madridistas. En esos momentos se forja lo que hoy soy. Nadie se imaginaba que ese mismo año en aquel mismo lugar y de nuevo, pero esta vez en el fondo con la hinchada rojiblanca iba a sentir uno de los momentos más grandes de mi vida y de la historia del Atletico de Madrid, pasar por encima de la forma más abrumadora posible al R. Madrid y en toda una final de la Copa del Rey con dos goles de unos de los mejores jugadores de futbol que jamas hayan existido: Paolo Futre y Bernardo Schuster. Así y como la vivencia que tan bien cuentas se forja la afición a nuestro ATLTICO DE MADRID.

    UN GRAN ABRAZO.

  2. Yo también vi un partido en el gallinero del Bernabéu, fue el famoso partido en el que el impresentable de Buyo se la jugó al Atleti y engañó al árbitro con Futre de por medio.

    El Atleti ha perdido mucho desde entonces. Ahora vamos al Bernabéu como quien vamos al matadero. En fin.

    Un abrazo.

  3. Una cosa es lo que pensemos nosotros .. y todo el mundo, las apuestas, las estadisticas, la prensa y hasta los atleticos como por ej. Abel que dice con la boca pequeña 1-1, pero chico , esto es futbol y el profesional tiene que salir al campo a morder e intentar ganar el partido si sales ya perdedor entonces ya vas perdiendo 1-0 como mínimo.
    Este partido aunque sea este solo, dirigido por Luis, sería otra pelicula.
    Y si, particularmente no me gusta Manzano y su forma de avisar como jugaremos en ese campo.
    Forza Atleti, siempre.

  4. Jesús Salido

    Qué recuerdos. Yo no estuve allí, pero recuerdo perfectamente aquella noche. En Jerez, todo el partido de pie en el salón con mi uniforme reglamentario encima.

    Te das cuenta, cuando echas la vista atrás, de cuanta ha sido la ilusión arrebatada en estos años.

    ¡Atleti y Honor!