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El Atleti disputó hoy un mal partido de fútbol. Eso no es noticia, ya que raro ha sido el partido en el que se ha conseguido un nivel futbolístico aceptable. Mejor en la segunda parte que en la primera, en la que el Valladolid ha podido marcar en varias ocasiones. Sólo los fallos de los contrarios y algún que otro acierto de los nuestros han evitado que nos fuéramos perdiendo por un par de goles al descanso.

Santana saltó al césped en la reanudación, y siendo justos, le dio el equilibro al equipo que no tuvimos en la primera parte. Entonces el Atleti se sintió más cómodo y controló, más o menos el partido. De ocasiones, ni hablamos.

Me repito. Es la segunda vez que titulo un comentario de esta manera. Podrán decir de mí que tengo poca imaginación. Pero, les aseguro que si puedo lo pondré otra vez. Tantas veces como sea necesario, y siempre que Kun me de oportunidad para ello. Y estoy convencido de que lo volverá a hacer.Me gustó la alineación, con muchos titulares, con los delanteros buenos y eso demostró la determinación del equipo a superar la eliminatoria.

Todos deberíamos tener un hermano gemelo. Os imagináis: oye Juanito, porqué no vas mañana a trabajar por mí, es que llevo tres noches sin pegar ojo, y estoy fatal. Y Juanito va por ti al trabajo y otro día tú le devuelves el favor.

Forlán tiene un hermano gemelo igualito: mismo pelo, ojos iguales, hasta juega muy bien al fútbol. Pase, desmarque, apoyo y ¿remate? Ahí fue donde el descubrió el pastel. Porque Forlán, Diego, el auténtico, no hubiera fallado hasta tres ocasiones clarísimas de gol. Pero, el gemelo, ¡ay! el gemelo.Ahora en serio.

Veintiún goles hemos visto en el Calderón en los tres últimos partidos. Es muy probable que esto no se haya producido nunca antes en la historia del club. 11 goles a favor y 10 en contra. Son resultados de otros tiempos, de una competición que ya no existe, porque el fútbol que la mayoría de los equipos practican es enconsertado, previsible y la mayoría de las veces, aburrido.
Pero eso es hasta que se enfrentan contra el Atleti en el Calderón, entonces los equipos se contagian y un poco de acierto de los delanteros y un mucho de errores defensivos producen estos marcadores.