Una vez enterados de la joyería en la que compra Sergio Ramos su pendientes horteras, lo que le mide a Ronaldo cuando se despierta por la mañana, quien es el peluquero de Pellegrini y cuál es el centro de estética al que acude a diario Iniesta para tener ese bronceado envidiable, podemos salir de la burbuja a la que nos avoca la tortura informativa a la que somenten al pueblo en un Barça-Madrid.