Hay una conocida canción atlética que comienza recordando que “pasan los años, pasan los jugadores…”. No hay mayor verdad en esta era ‘mercadotecnizada’ donde los jugadores son simples productos que ofrecer al mejor postor. Aquel que sobresale del resto acaba abocado a nuevas aventuras que suelen garantizar un salto en lo económico en la mayoría de los casos, no siempre en lo deportivo. Ante tal romántica injusticia, al pequeño no le queda otra que reinventarse