Escribo esta crónica con sentimientos encontrados, como creo que se sienten muchos aficionados atléticos. Feliz por la brillante victoria, triste, mucho, por la marcha de Raúl García. La noticia nos sorprendía cuando faltaban unos minutos para comenzar el partido. Simeone dejaba en la grada al navarro y la explicación parecía estar en que Raúl se marchaba al Athletic. Cierto es que había habido rumores al respecto, pero ahora, a falta de poco más de un día para el cierre del mercado, parecía una broma de mal gusto.