Su nombre era Gonzalo Fernández de Córdoba. A las órdenes de los Reyes Católicos combatió con los ejércitos españoles de la época en Italia, entre otros lugares. Este sobrenombre se ha utilizado con frecuencia para denominar a los capitanes de los equipos de fútbol. Como fue el caso de Enrique Collar, el legendario capitán rojiblanco de los gloriosos 60. Formó junto a Peiró el Ala Infernal, azote de los equipos que se enfrentaban al Atlético de Madrid en el Metropolitano o en cualquier otro campo de fútbol de la Vieja Europa.