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Del partido frente al Villarreal, pocas cosas se pueden sacar más en claro que el hecho de que el equipo ha mejorado. En esta misma página se pedía para el Cholo Simeone el beneficio de la duda tras un partido en Málaga que no nos ayudó a digerir los mazapanes y los polvorones. Tampoco será hoy el día de hablar del mesías rojiblanco y del ansiado fin a todos los males. El Atlético ganó bien, jugando bien, dejando grandes destellos de calidad en algunos momentos pero ante un rival que no ofreció resistencia.

La felicidad completa cuando uno viste de rojiblanco parece el deseo menos realista posible. Dos imágenes ilustran el estreno del Cholo Simeone como técnico local y ninguna le gusta a la mayoría de los espectadores. La primera es ver a Adrián y Arda Turan los mejores peloteros de la primera parte de la temporada fuera del once inicial y con muy, muy pocos minutos en el partido. La otra tenía lugar realmente cerca del Vicente Calderón, a menos de 10 kilómetros. En concreto en el estadio del Rayo Vallecano.

Quien suscribe esta crónica desearía haber visto el partido de ida la semifinal de la Copa de Europa que se disputó entre los dos mismos equipos y en el mismo escenario que el de anoche. Ve con los ojos del corazón a Reina, Díaz, Ayala, Adelardo, Heredia, Gárate… Una eliminatoria que debiera estar en el imaginario de todo seguidor colchonero para honrar la gloria del Atlético de Madrid. No pude contar esa gran historia y les tendré que contar otra, muy diferente.

El Barcelona tiró de manual y el Atleti tiró el partido por la borda antes de comparecer en el rectángulo de juego. Lo malo para nosotros es que en el manual del Barça se guardan con mimo los cánones del fútbol y en el manual del Atleti los mandamientos de la cobardía. ¡A nosotros, que nos arrollan! El Atleti no compitió, no disputó el encuentro. Y esto es lo peor que puede decirse de un equipo de fútbol.

Hay gente que nace estrellados y otros con estrella. Hay quienes nacen morenos o rubios, altos o bajos, guapos o feos. Hay quien convierte en otro todo lo que toca y quien lo hace en miseria. Hay futbolistas que nacen para marcar goles y otros que no marcan uno ni a la Puerta de Alcalá. Falcao es un de esos futbolistas que tiene el gol en las entrañas. Con el alma futbolera marcada con el hierro del gol.

Tras el partido de Valencia, algunos ya empezaban a dudar de Falcao.

El Atlético de Madrid ultima su pretemporada y cae por la mínima ante el Valencia. Puede parecer una broma una frase así cuando ya estamos en la tercera jornada de la Liga, y si lo fuera sería una de muy mal gusto. Pero es la realidad que nos toca vivir año sí y año también bajo la gestión de Gil Marín y Cerezo. Fichajes tardíos, transfers que no llegan y salida de jugadores a últimísima hora hacen que, tras 3 semanas de comienzo de Liga, jornada de huelga y semana de selecciones incluída, los jugadores apenas hayan entrenado 3 veces juntos.

Y se cerró el mercado, llego Diego y se completó la primera plantilla realmente compensada y sin bultos sospechosos que se recuerda por estos lares en al menos una década. Además por primera vez en tres años no se comete una «heitingada», esto es, venta de última hora de un jugador importante de la plantilla para el que no se tiene sustituto o apunta a titular. Pero, ¿hay motivos para estar contentos?