Hoy me gustaría hablar de la afición del Atlético de Madrid. Mejor corrijo y aclaro que mi mensaje va dirigido a una parte, no sé si mayoritaria aunque me gustaría pensar que no, de esa hinchada que no siempre sabe disfrutar del equipo. Por mucho que la religión Cholista se esté empeñando en borrar de un plumazo años y años de sambenito pupista, todos en nuestro interior hemos llevado alguna vez ese atlético cascarrabias y ansioso por soltar palos a diestro y siniestro aunque la ocasión, como es el caso, no lo merezca.