Olvidemos por un momento los nombres, las deudas, los ridículos, los fracasos, los récords negativos, incluso los éxitos. Olvídalos. Quédate en blanco. Olvida quien nos preside, quienes te representan en el campo, quienes llevan el escudo que amas por otros estadios. Olvida que ya no habrá más Calderón. Olvídalo. Haz el esfuerzo. Olvida a los que se sientan detrás de ti, esos que te dicen que pongas tú el dinero para comprar el club. Olvídalos también.