No es que fuera una noche de especial frío, pero en la ribera del Manzanares siempre se deja sentir más que en otras zonas de la capital, aunque la tarde fuera más primaveral que invernal. Al frío meteorológico se unió el futbolístico. El Atlético de Madrid había hecho su trabajo en el partido de ida y anoche se pudo ahorrar el esfuerzo de tener que emplearse a fondo para superar la eliminatoria. A ello contribuyó la Lazio, convertida en un casino, por la dimisión de su entrenador el mismo día que tenían que viajar a Madrid. La baja de Klose hizo el resto.