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El Atlético de Madrid nunca ha sido muy afortunado en su relación con la selección española. Ni en otras épocas más antiguas ni en estas más modernas. Como ejemplo de lo que digo puedo mencionar a Luis Aragonés y a Gárate, que a pesar de su extraordinaria calidad solo fueron 11 y 18 veces internacionales respectivamente. Es cierto que antes no había tantos partidos de la selección, pero en cualquier caso se antojan números muy exiguos.

No es la primera vez que lo dice, aunque quizás es la que suene más contundentemente. Falcao declaró a la cadena Fox de Argentina: «Sé que Gil Marín dice que era importante entrar a Champions para sostener el mismo grupo, pero me hago la idea de que tengo cuatro años más de contrato. Son decisiones que tendrán que tomar los dirigentes. Sé del interés de otros clubes, pero intento mantenerme al margen. No pienso en cambiarme de equipo». Según recoge la información de Dani Hidalgo en As.

15 de mayo de 1974. El estadio Heysel acoge una cita histórica para el Atlético de Madrid. Ése día juega contra el Bayern de Múnich su primera final de la Copa de Europa. Miles de aficionados atléticos han viajado desde España hasta la capital belga con la ilusión de ver a su equipo conquistar el cetro europeo que le coronará como mejor equipo del año en Europa. El encuentro de ese día era el más importante de los 71 años recién cumplidos por la entidad colchonera.

El Atlético de Madrid se jugaba la clasificación para la Liga de Campeones de la próxima temporada en Villarreal. Pero no dependía solo de él para obtenerla. El Sporting tenía que hacer parte del trabajo. Los asturianos aún conservaban una mínima opción de librarse del descenso si ganaban en Málaga, aunque era tan escasa que aún ganando su partido podrían irse a Segunda División. Verán, no es un buen negocio depender de otros equipos en la última jornada. Un año más se pudo comprobar.

El gol y Falcao se juraron amor eterno. Un amor a primera vista. Un flechazo. El inicio de un idilio con principio y sin final. El gol ama a Falcao y Falcao ama el gol. Un amor de juventud que ha ido alcanzando la madurez , pero que aún conserva la fogosidad de los primeros tiempos. Ayer el colombiano reventó la final de la Europa League con dos goles para la historia en un partido monumental. Sería injusto destacar sólo al colombiano, pero también lo sería no decir que por encima de todos brilló la estrella de Radamel Falcao.

Quedan menos de 24 horas, para que el Atlético juegue su sexta final europea -la séptima si contamos la Supercopa de 2010-. El Atlético de Madrid, como todo el mundo sabe, se presenta a la final de la Europa League por segunda vez en tres años. Ha completado una competición prácticamente inmaculada, con una derrota y un empate. El resto de partidos se cuentan por victorias.

En los prolegómenos del encuentro se produjo el reconocimiento de la institución y de la afición a Perea y a Antonio López. Por una vez el club estuvo a la altura reconociendo la extensa hoja de servicios de ambos defensas. Otros, con más motivos para el homenaje, se marcharon sin pena ni gloria del club, pero eso no es excusa para persistir en el error.
El Atlético de Madrid comenzó el partido sin energía. Desde el principio el Málaga se adueñó del partido a través de la posesión de la pelota.