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Tripas y corazón

Liga
Jornada 37

Atlético Atlético 2

Málaga Málaga 1

Atlético: Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis, Mario Suárez (Koke, 57'), Tiago, Diego (Arda Turan, 74'), Salvio (Domínguez, 90'), Adrián, Falcao

Málaga: Kameni, Sergio Sánchez, Demichelis, Weligton, Monreal, Camacho, Cazorla, Joaquín (Seba Fernández, 69'), Isco, Eliseu (Duda, 80'), Rondón (Van Nistelrooy, 70')

Goles Goles

0-1 Eliseu (37')
1-1 Koke (70')
2-1 Adrián (79')

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En los prolegómenos del encuentro se produjo el homenaje de la institución y de la afición a Perea y a Antonio López. Por una vez el club estuvo a la altura reconociendo la extensa hoja de servicios de ambos defensas. Otros, con más motivos para el homenaje, se marcharon sin pena ni gloria del club, pero eso no es excusa para persistir en el error.

El Atlético de Madrid comenzó el partido sin energía. Desde el principio el Málaga se adueñó del partido a través de la posesión de la pelota. La blandengue defensa colchonera hacía aguas y el centro del campo era incapaz de arrebatar la pelota a los malacitanos. Todo lo cual hacía presagiar unas perspectivas poco halagüeñas para el último encuentro de la temporada en el Calderón.

Parecía que, a pesar de la superioridad malacitana, el Atleti saldría indemne del primer acto. Incluso que podía adelantarse en el marcador cuando Adrián recogió una pelota en el centro del campo y avanzó sin oposición en territorio enemigo. Con la mirada puesta en Falcao, que se aproximaba a sus dominios predilectos, Adrián esperó el momento propicio para cederle la pelota en condiciones óptimas para el remate, pero el colombiano atacó el balón de forma poco ortodoxa y el balón se escapó fuera del arco de Kameni.

Sin embargo, el Málaga no iba a dejar pasar la oportunidad de recoger los frutos de su superioridad. En una jugada muy mal defendida por la zaga atlética con una serie de ineficaces despejes, el balón le llegó a Eliseu que desde 30 metros agarró un potente disparo que superó irremisiblemente a Courtois. El desastre se asomaba al Calderón con aviesas intenciones. En ese momento de la jornada el Atlético ocupaba un mísero octavo puesto en la clasificación.

Sin ningún argumento futbolístico al que agarrarse el Atleti tiró de tripas y corazón para alejar el desastre e intentar voltear el marcador. El Atlético de Madrid apeló a la heroica para adueñarse del partido, sin que un Málaga anestesiado, pudiera contrarrestar el empuje colchonero.

Ayudó y mucho a que floreciera la fe colchonera en la victoria el gol de Koke. Gestado en una jugada defensivamente lamentable, como pasara en el gol del Málaga, la pelota le cayó al mediocampista que tuvo suficiente con chutar suave y centrado desde la frontal para empatar el partido.

Sin tácticas ni circunloquios. El Atleti ganó el partido en una jugada a la antigua usanza. Voleón de Courtois, cabezazo a medias entre Falcao y Van Nistelroy para prolongar la jugada y el esférico que cae en los pies de Adrián que acierta en el remate. No iba a terminar el partido sin la acostumbrada dosis de sobrecogimiento para la hinchada atlética. Aunque esta vez el error arbitral impidió un nuevo empate de última hora.

El Atlético ocupa el quinto puesto, la plaza más alta de todo el curso. Mantiene ciertas opciones de clasificarse para la Champions y, como mal menor, adquiere ventaja para jugar la Europa League la próxima temporada. Para eso queda una semana porque antes nos espera Bucarest.

Creo firmemente a Simeone cuando asegura que los futbolistas están haciendo un esfuerzo extraordinario. No me cabe duda de que es así, ni de que el próximo miércoles lo darán todo para traerse a Madrid un nuevo título europeo.

Del Atleti por principios. Y hasta el final.

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