Es bien sabido que la marcha de Fernando Torres ha provocado bastante revuelo en el Atleti. Creo que menos del previsto, ya que el reconocimiento por su parte de que fue él quien pidió el traspaso ha desactivado una posible guerra entre afición y dueños.
También pienso que todo el mundo futbolístico: dirigentes y afición, principalmente (los periodistas no los cuento, porque a ellos el fútbol les da igual, sólo quieren vender su periódico, o programa), aceptan una regla que se ha impuesto no se sabe bien por quién ni por qué que dice que si un futbolista quiere irse o quiere que le suban el sueldo pues hay que aguantarse y ceder siempre. Y yo pregunto, pero ¿por qué?