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El Atlético de Madrid es un club grande. Seguirá siendo grande lo gobierne quien lo gobierne. Y lo seguirá siendo mientras detrás de él haya cientos de miles de seguidores y mientras los 24 títulos, entre nacionales e internaciones, sigan adornando sus vitrinas.

Nunca lo tuvimos fácil. Ni el apoyo de los responsables del fútbol español, ni por supuesto de la prensa. Siempre fue así.

Cuenta la leyenda que un día se reunieron los árbitros y decidieron que los colores las equipaciones de los equipos contendientes de un partido de fútbol no podían coincidir en ninguna de las prendas. No consta en el acta de dicha reunión que los mencionados trencillas hubieran ingerido ninguna sustancia psicotrópica, pero no lo descarten. Resultado de aquél infame conciliábulo es que el Atlético de Madrid jugó en Pamplona con camiseta negra -con la publicidad en amarillo-, pantalón azul y medias rojas. Un insulto a la liturgia del fútbol

Cuando el Atleti se desvía un milímetro del manual quedan al descubierto sus carencias más inconfesables. A veces el desvío se produce por causas propias, y otras, porque el rival no le deja explotar tus propias virtudes. El partido contra la Real Sociedad fue una mezcla de ambas circunstancias: en algunos momentos los donostiarras neutralizaron el juego rojiblanco a base de pasarse la pelota, sobre todo desde la mitad de la primera parte hasta el descanso y en otros, como en la segunda parte, porque su defensa se parapetó con gran eficacia cerca del marco de Bravo.

Simeone acudió a sala de prensa como era de esperar disgustado por la derrota inesperada contra la Real. Estuvo excesivamente a la defensiva en dos preguntas sobre el gol anulado y sobre Oliver Torres, que inexplicablemente se ha convertido en tema semi tabú en el Atlético de Madrid. Especialmente destacable la respuesta sobre el canterano extremeño. Por extraña e innecesariamente polémica en nuestra opinión.

El técnico rival francés, se deshizo en elogios hacia el Atlético de Madrid al que no dudó en calificar como el mejor equipo local en Europa y tildó la victoria donostiarrra de hazaña.

Sin competición europea las semanas se pueden hacer muy largas a los seguidores rojiblancos salvo que la actualidad informativa del club sea intensa, como ha sido el caso de esta semana donde se ha anunciado la renovación del Cholo y se ha concretado el lugar y la hora de la final de la Copa del Rey. También se puede minimizar la falta de Atleti entre semana si el equipo sale a alegría semanal en Liga. Primer objetivo: ganar a la Real Sociedad.

Por fin se hizo oficial la noticia que esperaban todos los atléticos. Diego Pablo Simeone rubrica un nuevo contrato que le ligará al Atlético de Madrid hasta el año 2017. El acuerdo llevaba meses redactándose, con Clemente Villaverde por un lado y Natalia Simeone, hermana del Cholo, por el otro, para acercar posturas.Ambas partes podrán romper su compromiso en caso de que las cosas vayan mal dadas …

Pero ha habido una particular separación de bienes.

La Rosaleda siempre será recordada por los atléticos como el estadio donde comenzó el Cholismo. Aquel día después de Reyes de hace 14 meses, Simeone tomó los mandos de la nave rojiblanca y giró el timón para tomar la senda del triunfo. En aquel partido, donde todo comenzó, el Atlético empató a cero, justo como hoy. Jugadores y aficionados se mostraron satisfechos con el resultado, un punto fuera de casa en el estadio de un equipo de Champions era toda una proeza para lo que estábamos acostumbrados. Hoy, un año después, en el mismo escenario, ante el mismo equipo, el resultado es insatisfactorio. Puro Cholismo.