Después del rodillazo involuntario que Córdoba le propinó en toda la cara a Courtois, éste quedó visiblemente conmocionado. Tras unos minutos sobre el césped, por fin, pudo levantarse. Se apreciaba que aún no se encontraba completamente bien cuando el árbitro, Pérez Montero, se acercó a él y a todas las personas que lo estaban atendiendo y, como se puede apreciar en la foto de Infierno Rojiblanco, le decía con el brazo izquierdo y el dedo índice extendido que saliera del terreno de juego.