El pasado domingo, casi 10.000 niños fueron a ver a su Atleti. A ese del que la nueva generación puede ser con más orgullo que sus hermanos mayores gracias al espíritu del Cholo Simeone. Sobre el campo, otro niño, con nombre de dibujo y apellido de leyenda colchonera, hacía las delicias de grandes y pequeños por primera vez en el Vicente Calderón en lance liguero.
Otro niño, Koke, algo más crecidito –aunque quién pillara sus 21 primaveras- se hartó de regalar goles a sus compañeros.