Ya lo dijo Guardiola en las preliminares del encuentro: el Atlético de Madrid sólo había perdido una vez en las siete últimas visitas del Barcelona. Si a esto le añadimos las importantes bajas en defensa y que en los últimos 25 años de todas las veces que el Barcelona llegó como líder no ganó ninguna vez, el Atlético estaba preparado para mancillar el inmaculado expediente blaugrana.