El Atlético de Madrid llegó a Rennes dispuesto a recordar los aromas de los primeros partidos de la temporada en los que el fútbol y los goles fueron los protagonistas. Manzano cortó de raíz las probaturas del sábado y decidió una alineación, que con algún cambio, es la que la mayoría de la afición quiere. A pesar de la intención, el Atleti no se pareció en nada a los partidos disputados en el Calderón y dio la impresión de que aún estaba noqueado, aunque hubieran transcurrido cinco días desde el desastre de Barcelona.