Si creíamos haberlo visto todo dentro de un campo de fútbol: el gol de Maradona, un cabezazo a un contrario en una final de un Mundial, pisotones, escupitajos, peleas, un balón que rebota en balón de playa y acaba en gol, estábamos equivocados. Con el Atlético siempre hay un más allá, una frontera que traspasar, un Rubicón que cruzar, un ridículo más, una risión tan lamentable como escandalosa.
25/10/2009






