Estaba el partido en el filo. Era de esos encuentros que tantas veces hemos vivido. El Atleti tiene una capacidad infinita para complicarse los partidos como ningún otro equipo tiene la facultad de hacerlo. Y éste podía ser uno de tantos. Hasta que apareció Arda Turan. Genio como pocos, deshizo el entuerto en un remate prodigioso y en una jugada personal sensacional que pusieron patas arriba el Calderón. El Atlético se agarró a su talento para ganar el partido y coger inercia para el partido del jueves.