forzaatleti

El mejor del partido

Koke

Madrid

08-01-1992

• 629
• 47
• 105
• 113
• 2

Posiblemente, Diego Pablo Simeone pudo haberse marchado del Atlético de Madrid este verano. Después de firmar la temporada más exitosa del Atleti poco más podía hacer aquí. Todo lo que viniera no iba a ser, con toda probabilidad, mejor. Podría haberse ido como un mito rojiblanco. Pero no, quiso quedarse seguir fiel a los colores que ama, aún sabiendo que el reto era doble: por una parte intentar acercarse a lo conseguido en la temporada pasada; por otra, volver a reconstruir el equipo con nuevos jugadores.

Sinceramente, yo no creía que el Atlético pudiera estar, después de que sólo haya pasado un cuarto de temporada, tan cerca del liderato en la Liga. No lo creía porque consideraba que para acoplar a los nuevos futbolistas que habían llegado era necesario más tiempo.

Simeone no ha partido de cero, cierto, pero los puestos que han sufrido cambio eran tan fundamentales en un equipo que se hacía difícil pensar que se pudiera mantener la misma línea de victorias que el año pasado. Y lo está consiguiendo. A los jugadores se les ve más acoplados, más conectados entre sí. El Atlético juega de forma diferente, ha dado un nuevo giro a su estilo. Ahora busca más la combinación, la elaboración del juego y el dominio de la pelota. La velocidad de Griezmann, el oportunismo de Mandzukic; unido a la creatividad de Koke y Arda Turan y la solidez defensiva -aunque ayer no fuera el caso- invitan al optimismo.

¿Qué puede hacer que un equipo renovado siga cosechando victorias? La respuesta trasciende lo meramente futbolístico. La respuesta está en el terreno de las ideas. Simeone no sólo ha construido un equipo de fútbol, ha elaborado un ideario basado en la fe y en el trabajo. El discurso del técnico está tan bien construido y demostrado empíricamente que funciona que cualquier futbolista que recala al Atlético de Madrid llega ya convertido a la fe cholista. Así todo es mucho más sencillo.

El Córdoba fue un digno rival. Propuso al Atleti un partido con cierta complejidad. Los cordobesistas pueden argumentar que no tuvieron la suerte de cara para explicar la goleada. Pelearon el encuentro, incluso después de que el lanzamiento de Griezmann rozara en un defensa y se colara en la portería de Juan Carlos. Y siguieron manteniendo el tipo después de que el galo volviera a perforar el arco del Córdoba tras el remate de cabeza que culminó la mejor jugada de la noche.

Mención aparte merece el gran Koke. Hoy por hoy, el mejor centrocampista del campeonato. Sin discusión, salvo para la casta que rige los destinos del fútbol español. Sí, también hay casta fuera de la política. Agarrado al pie derecho del vallecano, el Atlético sigue caminando con paso decidido en una temporada que promete seguir ofreciendo fuertes emociones a la afición colchonera.