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El mejor del partido

Gabi

Madrid

10-07-1983

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Han sido muchos las reflexiones que se han escrito sobre el cholismo. La más brillante, sin ningún género de dudas, la que escribió Jesús Salido: Metafísica del cholismo. Jesús nos aproximó enormemente al significado de la filosofía cholista y nos ayudó a comprenderla. Sin embargo, haber leído y comprendido el artículo no tiene como consecuencia inmediata la iniciación y el crecimiento en el cholismo porque el cholismo no se comprende, se vive.

El cholismo es una actitud ante la vida, una superación constante de las dificultades que se nos presentan en nuestro caminar. Es vivir con alegría. Es vivir sin dobleces, de formar honrosa y honrada. Es vivir con la seguridad de quien sabe que está en posesión de la verdad. Es la sinceridad con los que quieres. Es, en definitiva, el «máteme, pero no me mienta» del siglo XXI.

Diego Pablo Simeone se presentó a los atléticos con sinceridad cristalina y dos premisas: esfuerzo y partido a partido. No prometió nada más. Bastó. A partir de aquéllas ha construido un equipo de fútbol que respeta a todos y no tiene miedo de ninguno. No prometió títulos ni se dejó llevar por discursos rancios con aroma a colonia Álvarez Gómez.

Anoche vivimos un momento histórico. El Atlético de Madrid barrió al Milan en la segunda parte en una exhibición que ya está escrita para siempre en los libros y que será transmitida de padres a hijos, de hijos a nietos por cuantas generaciones de atléticos hayan nacido y nacerán.

Pero si algo caracteriza el cholismo es el inconformismo. El Milan es una estación más del recorrido. No cabe la autocomplacencia ni abrir los oídos para escuchar los innumerables elogios que se están recibiendo por parte de los mismos que organizan campañas desestabilizadoras.

El cholismo es Gabi presionando en la frontal del área, Mario en la segunda parte sobreponiéndose a los errores de la primera, Diego Costa galopando, Arda besando el césped, la templanza de Koke, la pelea del indomable Juanfran, la nobleza de Courtois, el sentindo de la oportunidad de Miranda, el saber estar de Godín, la honradez de Filipe y la cabeza de Raúl García.

Y es ver a 55.000 seguidores atléticos poniendo en órbita el Vicente Calderón en una noche para el recuerdo.

Foto: Club Atlético de Madrid.