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A sangre fría

España venció por primera vez en la historia a Francia en un partido oficial y jugará su tercera semifinal en tres campeonatos internacionales de forma consecutiva. Mérito enorme. Para, quien como yo, ha vivido mil y una decepciones con la selección a lo largo de su vida, esta época dorada del fútbol español se vive aún con más intensidad y emoción. En el túnel del tiempo quedan derrotas históricas como la que nos endosó Francia en el Parque de los Príncipes en la Eurocopa de 1984.

Ahora España está acostumbrada a ganar, porque ha aprendido a ganar de una forma profesional. Sale victoriosa desde antes de que empiece el partido porque sus rivales la temen. Se lo ha ganado. La seguridad en la victoria que transmiten los futbolistas españoles es asombrosa, casi tanto como que los rivales aceptan la derrota antes de escuchar los himnos.

Eso fue lo que le ocurrió a Francia. Laurent Blanc modificó su sistema con el fin de neutralizar la superioridad de los vecinos del sur. Conservó la defensa y los dos atacantes: Ribéry y Benzema, pero modificó su centro del campo. Ahí fue donde comenzó la derrota gala. Si al final vas a perder igual, ¿por qué no eres fiel a ti mismo?

Con la precisión y la sangre fría de un experimentado asesino en serie, España fue esperando el momento de asestar el primer golpe en el partido. No se trata de masacrar al rival, sino de esperar el momento oportuno, como el de ayer en la combinación de Iniesta con Alba, que tras una gran internada puso el balón para el cabezazo de Alonso.

No le importa, lo sabemos, pasarse el balón cientos de veces, si fuera necesario, con tal de mantener la posesión. Su paciencia desespera a veces a quienes nos gusta el fútbol más dinámico con un ritmo de juego más elevado. No discuto el estilo de juego español. Sí, la forma de ejecutarlo.

Con más frecuencia de la que yo desearía, la selección hipnotiza al rival y a los espectadores. Gana y por eso me rindo a la evidencia. Me gusta más la selección con jugadores que imprimen mayor ritmo al desarrollo del juego, como Pedro y Torres. Pero quien manda, Del Bosque, no parece coincidir conmigo y creo, que con una parte importante de los aficionados españoles.

Del Atleti por principios. Y hasta el final.

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