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No disparen al pianista

La temporada europea 2011/12 acoge un nuevo episodio el próximo jueves en el Vicente Calderón. Visita la orilla del Manzanares el Hannover alemán, un sólido rival que, pese a su marcado caracter teutón, es de los equipos que menos juega al estilo del fútbol de ese país. El estadio rojiblanco volverá a vivir una noche para el recuerdo en ese mágico punto en el que escuchas el pitido inicial pensando si serán los últimos 90 minutos europeos que verás al Atleti en directo.

Para evitar ese mal fario, todas las miradas estarán puestas en los Diego, Arda Turan, Juanfran o Adrián. Pero, sobre todo, en Radamel Falcao. El colombiano se ha convertido por méritos propios en uno de los grandes protagonistas de la temporada, pero su rendimiento no termina de convencer a la mayoría. Si de algo (poco) puede presumir la hinchada colchonera en los últimos años ha sido de contar en sus filas con delanteros de primer nivel mundial como Vieri, Hasselbaink, Torres, Agüero o Forlán. El reto del colombiano resulta el más difícil todavía: igualar lo que hicieron sus predecesores aportando, además, un grano de arena que haga que se le recuerde. Y por imposible que parezca la empresa, aún muchos se lo exigen como una condición sine quanon para que se gane el aplauso.

Pues hoy romperé una lanza en favor del Tigre. Seguramente nunca tendrá el instinto asesino del italiano, ni el remate del holandés, ni el sentimiento rojiblanco del de Fuenlabrada. Lejos quedan para él los abdominales del uruguayo y el factor determinante del argentino, pero tiene gol. Y eso, en estos tiempos que corren, vale su peso en oro. Porque Radamel Falcao acumula 19 goles en Liga, con seis más en Europa. En total, 25 tantos, una cifra al alcance de muy pocos de los citados en su primera temporada en rojiblanco. Su hambre de gol es casi insaciable. Puede pasar desapercibido para aquellos que no se han batido el cobre con zagueros domingo sí, domingo también, pero el que sabe de qué va la profesión le admira. Falcao abre huecos, se desmarca, se mueve como un chinche sin parar hasta que la pelota le llega a la bota y una vez que eso sucede, la portería es su única obsesión.

Así maravilló a toda Europa con una antológica temporada en el Oporto y así está maravillando, ironías de la vida, más a los aficionados de otros equipos que al atlético de a pie. Porque a Radamel Falcao se le ha pitado en el Vicente Calderón. Tímidos pitos, runrún de una grada acostumbrada a la nada y que, en ocasiones, degusta una fina loncha de jamón ibérico como quien se come un bocata de mortadela sevillana.

Estar en contra de Radamel Falcao es disparar contra el propio pie del Atlético de Madrid. De la adaptación del Tigre a un nuevo entorno dependerá sus deseos de quedarse en la manada. De lo contrario, le habremos convertido en un mercenario, otro más. Porque para pitar, por desgracia, hay muchos objetivos en este club y que, en la mayoría de los casos, se van de rositas año a año con la satisfacción del deber no cumplido en lo deportivo, que sí en lo económico.

Por eso pido, no disparen al pianista, al hombre de cuyas botas saldrá el devenir del Atlético en la presente temporada y que, ojalá, siga saliendo durante un próspero futuro.

Periodista en Eurosport Yahoo! Rojiblanco como bendito castigo y nostálgico del fútbol de antaño. Politeísta creyente en Gárate, Luis, Arteche y Calderón. Fernando Torres, el profeta.

Comentarios (8)

  1. Radamel me parece un fantastico delantero donde los haya, que se deja la vida en cada partido por el Atleti, hay que reconocerselo. Además yo estuve el partido contra el granada donde fue «pitado» y no me gusto para nada a pesar de todo eso y de ser un gran goleador, no creo que sea el prototipo de delantero que ahora mismo necesita el atleti por lo que si vienen este verano con una oferta escandalosamente escandalosa yo venderia al Tigre e intentaria ir a por Rossi y algun jugador mas.

    • Jorge Ordás

      Es un gran delantero, pero, como dices, creo que faltan jugadores que exploten su rendimiento. Sin embargo, no creo que haya que venderlo si llega una nueva oferta. Has invertido en él (nadie dará más de los 45 millones que se pagaron) y te la juegas a que lo que llegue no sea tan bueno. Mejor adaptar las incorporaciones a su juego y apostar (por fin) por un proyecto de futuro.

    • Yo también estoy contigo. Si alguien nos diera 45kilos (cosa prácticamente imposible, los únicos pardillos fuimos nosotros) lo vendería. Eso no quita que me parezca un muy buen delantero, pero no para un equipo como el nuestro tan lleno de mediocridad.

  2. Vamos a decir que la afición del atleti es muy inculta futbolisticamente,principalmente de 20 años para acá…
    Es especialmente sangrante que esta misma afición grite a Radamel y no Cerezo…
    Radamel no mete goles porque desde las bandas no llegan pases,llegan melones o simplemente la nada,no hay pasadores y no los hay desde hace mucho,así es imposible que Radamel dé lo máximo…

    • Jorge Ordás

      Aún así, sus números son de crack. Ha sabido asociarse con Adrián a la perfección y creo que los dos salen ganando con esa alianza.

    • Precisamente por eso no acaba de ganarse a la afición. Un jugador que necesita tanto de los demás para rendir al máximo no debería de costar tanto dinero. Los grandes delanteros que hemos tenido, citados antes, necesitaban muy poco para ser determinante.

  3. No estoy nada de acuerdo en pitar a los jugadores en el campo mientras juegan, lo único que se consigue es poner nervioso al jugador y que rinda peor. Una vez terminado el partido que les pite lo que quieran que para eso han pagado su entrada. En cuanto a Falcao, fuera de casa es un delantero bastante ramplón. Sólo ha marcado 6 goles, y en 4 partidos de los 15 que ha jugado. Los números no engañan a nadie. Su mayor problema es el pastizal que ha costado. Ninguno de los grandes delanteros que has nombrado antes no han costado ni la mitad de lo que han pagado por él.

  4. Creo que poco puede achacársele a Falcao. Mucho más se puede culpar a otros futbolistas que llevan toda la temporada jugando y han marcado un gol. Me refiero a los centrocampistas, que aunque marcar goles no sea su principal función, deberían ayudar más.