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Magia en el Calderón

Europa League
Octavos de Final

Atlético Atlético 3

Besiktas Besiktas 1

Atlético: Courtois, Juanfran, Perea, Godín, Filipe Luis, Mario Suárez, Gabi, Salvio (Domínguez, 82'), Koke (Saúl, 84'), Adrián (Pizzi, 62'), Falcao

Besiktas: Gönen, Toraman, Sivok, Korkmaz, Kavlak, Ernst, Uysal (Edu, 80'), Simao, Manu Fernandes, Quaresma (Koybasi, 45'), Pekternek (Holosko, 74')

Goles Goles

1-0 Salvio (24')
2-0 Salvio (27')
3-0 Adrián (37')
3-1 Simao (54')

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Comenzó el partido con las calles aledañas al Calderón más rebosantes que las gradas del estadio atlético. Un horario, el de las siete de la tarde en día laborable, adecuado para nuestros vecinos europeos que se organizan el tiempo bastante mejor que nosotros, pero que aquí en España nos resulta bastante temprano. Poco a poco la gente fue ocupando sus asientos y a los que hicieron el esfuerzo a última hora, les mereció la pena.

Porque el partido resultó muy entretenido, brillante por momentos, emocionante hasta el final. El Atlético de Madrid y el Besiktas salieron dispuestos a la batalla e intercambiaron ataques desde el inicio. Mucho más los rojiblancos. A medida que avanzaban los minutos fueron apropiándose de la medular lo que les permitió acercarse cada vez con más peligro al área turca. El Besiktas lanzaba de cuando en vez algunos latigazos sin terminar de inquietar a Courtois.

Y llegó el momento de Salvio. Y el de Koke. Un jugador argentino que no goza del crédito de la grada. Otro, el canterano, al que no se le termina de dar el sitio y el tiempo que necesita todo jugador. Ambos se unieron en dos jugadas similares para conseguir dos maravillosos goles. El inicio de las dos jugadas tuvo como protagonista a Koke, la finalización a Salvio.

En el primero, Koke lanzó el balón al aire justo desde la divisoria. La pelota surcó el aire, adentrándose por parajes desconocidos desde que Bernardo Schuster pusiera su nombre al cielo madrileño del Manzanares. El esférico voló y voló hasta llegar a los dominios de Salvio que primero la paró con maestría, luego se dio un autopase para terminar perforando la meta turca, no sin cierto suspense.

En el segundo, el balón fue raso. Koke encontró el resquicio entre los defensores del Besiktas que nada pudieron hacer por evitar que Salvio dominara la pelota. Esta vez la ejecución fue más sobresaliente que la primera. El argentino, objeto de numerosas y en su mayoría justas críticas, no se amilanó por un clamoroso error en los primeros minutos. Se armó de valentía y ante la salida del portero turco, elevó con magia el balón para que se colara por la escuadra de la portería.

Lo mejor estaba por llegar. Ya era bastante lo que habíamos visto en el meridiano de la primera parte. Adrián no quería pasar desapercibido y decidió robar protagonismo a Salvio. Así que agarró un balón en campo propio y comenzó a correr. Como nadie le impidera el paso siguió corriendo hasta la frontal. Entonces sí, la muralla turca estaba repleta de defensores. Y el asturiano se paró, se detuvo. Los defensas también, formando en torno a él una línea aparentemente inexpugnable.

Nadie lo supo, era un engaño. Adrián, un instante después de detenerse y justo en el momento exacto, arrancó súbitamente. Penetró sutil, con firmeza, elegante y majestuoso por el único resquicio que los turcos habían dejado desguarnecido. Desbarató la defensa en una maniobra exquisita y la adornó con un zambombazo poderoso que tras golpear el travesaño, atravesó la portería rival. Un momento glorioso, excelso de fútbol, que en otra época hubiera hecho que las gradas se poblaran de pañuelos blancos.

El Atlético tenía la eliminatoria prácticamente resulta. Sin embargo, el Besiktas tenía guardada para la segunda parte lo mejor de su fútbol. Y a fe que lo demostró. Comandados por Manuel Fernandes se adueñaron de la pelota, del centro de campo y como resultas de todo lo anterior, del partido. El Atleti sufría. Y sufrió más a media que los minutos iban cayendo en el reloj. Mucho más después de que el gran Simao, demostrara que aún le sobra clase para anotar goles como el que nos hizo encajar.

El partido que pudo terminar en una fiesta casi acaba en tragedia. El descanso le volvió a sentar al Atlético como un balonazo en los mismísimos, como ocurriera en Sevilla. Terminamos mirando el reloj con más frecuencia de la necesaria y de la aconsejable.  Desde esta perspectiva, el partido deja cierta preocupación entre la hinchada rojiblanca. Visto con frialdad, el resultado es bastante mejor que la sensación que nos deja. Nadie dijo que a la Europa League no hubiera  que echarle una buena dosis de esfuerzo y de sufrimiento. Ahí lo tenemos.

Del Atleti por principios. Y hasta el final.

Comentarios (6)

  1. Me ha encantado su resumen del partido. Yo creo que podemos estar muy contentos con el equipo, sobre todo teniendo en cuenta que teníamos 3 lesionados importantes. Un Atlético con buen juego y gol, un buen resultado. Lo de dormirse y relajarse pasa a menudo, le ocurrió lo mismo al Valencia. Pero las buenas sensaciones, esta vez sí, han venido acompañadas de gol. Me alegro mucho por Salvio: sigue sin convencerme su juego (individualista e irregular), pero necesitamos jugadores que metan goles, no todos los pueden hacer Falcao y Adrián. Muy bien Koke, un jugador con criterio, presencia y esfuerzo. Adrián, en su línea, llamando a las puertas de la selección con su mezcla de talento, inteligencia y buen juego. Además, destacaría el buen partido de Juanfran (que siempre lo hace estupendamente) y Perea, que demostró que sigue siendo el defensa más veloz que hay.

    • Comparto su impresión sobre Salvio en cuanto a su individualismo y su irregularidad, pero el chico tiene gol, más que ningún otro centrocampista, por lo que el Cholo hace bien en aprovecharlo.

      Muchas gracias a usted.

  2. Muy buenas, Don Julio.

    De primeras ,una vez más felicitarle por su espléndido relato. Yo también recordé con añoranza, tras la maravilla de Adrián, ver ese Calderón repleto de pañuelos al viento. Todas las buenas costumbres se pierden, macho.

    Para mi lo de las segundas partes tiene nombre y apellildos: desfondamiento físico. El tema es que como la enfermería va a más en vez de ir a menos (jamás entenderé cómo puede seguir durante los años que lleva el puto conejo fornicador ese que tenemos por Doctor Muerte, son insufribles sus «recuperaciones»), no tenemos recambios para poder aguantar un poco más el físico en la presión que ejercemos, y al final lo acabamos pagando.

    Pero bueno. Yo, como buen conocedor que soy ya de estos, prefiero que vayan con el golito en contra que no con el 3-0 mondo y lirondo, que las relajaciones luego traen consecuencias funestas. Ahora, el domingo, a por el Granada, y no queda otra que vencer. Lo de convencer empiezo a darlo ya por sentado.

    Un fuerte abrazo, y gracias por acordarse de mí en el twiter 🙂

    • Somos de otra época, don Tomi. El fútbol moderno tiene alguna cosa buena, pero muchas malas y lo de los pañuelos es una prueba de ello.

      Estoy de acuerdo en el desfondamiento en la segunda parte y desde luego es preocupante. Esperemos que con la recuperación de los lesionados se repartan los minutos de manera más racional.

      Un abrazo y muchas gracias.

  3. Me uno al agradecimiento de Don Tomi y a su opinión sobre el problema físico.

    Si a tal cortedad de plantilla le sumamos la intensidad que exige el Cholo de los suyos en cada envite, estos bajones eran de esperar. Para intentar ver el vaso medio lleno, podemos argumentar que si con tantas bajas se da la cara, cuando todos se recuperen se podrá dosificar esfuerzos.

    El gol de Adrián es de los que si se meten con otra camiseta, vende periódicos hasta el miércoles de Cuaresma, oigan…

    Un abrazo…

    • Don Emilio, pero no cree usted que el bajón físico ha llegado de sopetón? Hasta la segunda parte de Sevilla no se apreció ninguna debilidad en la preparación física.

      Quiere decir con una camiseta blaugana o blanca. Desde luego, ya sabemos cómo se las gasta el periodismo deportivo.

      Abrazos y gracias.