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Esperando una señal

En estos últimos días la actualidad del Atleti nos ha ofrecido varios titulares. Unos han llegado a la afición y otros han pasado desapercibidos, casi sin interés.

Uno de esos asuntos ha sido el tema de la construcción del nuevo estadio. Parece que solo el pequeño e irreductible grupo de 500 galos celebró la sentencia que prohibía construir donde no se debe lo que no se puede. La noticia es más importante de lo que parece. Los verdaderos Anonymous son los que con su silencio se dedican a defender con una integridad encomiable la historia y los valores rojiblancos universales sin esperar nada a cambio.

Las Señales de Humo que llevan haciendo desde hace años sí sirven para algo. De momento han servido para que al condenado a muerte le hayan prorrogado la condena, y quien sabe si conseguirán el indulto. El Vicente Calderón es mucho más bonito que cualquier vídeo hecho por ordenador. Y, por muchos aplausos que se pidan para Jesús Gil, jamás sonarán como suenan al lado del Manzanares.

No obstante, no faltarán aquellos que maldigan a los disidentes por quitarles la ilusión de ver ganar Copas de Europas en el estadio renovado de La Peineta. El detalle está en que, tal y como era el acuerdo, se iban a celebrar copas, sí, pero las de los dirigentes contando billetes y las que alzarían otros equipos cuando se albergaran finales.

Los del humo, como diría nuestro simpatiquísimo presidente, fueron los únicos que le dieron un homenaje a don Luis, porque entre otras cosas, don Luis no deja que manchen su nombre ni pisoteen el escudo del Atletico de Madrid. Y tantos que corean su nombre en las gradas del Calderon se perdieron la casi clandesitindad de un acto familiar, porque solo estaban invitados él, nuestras leyendas y la afición. Casi nada.

Los de la abeja Maya son un braistorming en sí mismo. Porque sólo los perseguidos saben luchar por la libertad, y solo los censurados son capaces de reinventarse, de no bajar los brazos, de volver a los estadios cuando te echan, de crear premios que cuiden la cantera, de hacer homenajes, de vigilar por que la historia no se olvide, de refundar un club si hace falta…

Así pues, cuando nadie hable de ellos después de que hayan muerto, tal vez alguien lea este humilde artículo, que no es otra cosa, que mi manera de dar las gracias a los que luchan de verdad por el club que siempre fuimos.

Atlético de la vieja escuela. Un gol de rubio, una falta de Landáburu y el espíritu de Arteche. Los videojuegos mi profesión. El cine, modelismo y humor canalla mi pasión
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Comentarios (3)

  1. El valor del trabajo de Señales de Humo es impagable. Luchan denodamente a pesar, como dices, del nulo reconocimiento a su labor. Algunos, como es tu caso, el mío y el de otros cuantos sí lo reconocemos. Espero que pronto sean muchos más.

    En cuanto al homenaje que le hicieron a Luis, he de decir que asistí a él con gran emoción. Ver a Luis, Peiró, Ufarte, supuso una inyección a mi moral atlética. Pero, he de reconocer, que a la vez sentí una gran tristeza. Me dijo mucho sobre lo mal que está la afición atlética que en un acto de homenaje al más grande, el cine Palafox no estuviera abarrotado y la gente no se pegara por entrar.

    Un abrazo, amigo.

  2. Sí señor, la labor de Señales de Humo nunca estará lo suficientemente reconocida y gracias a ella, es posible que el Atleti todavía pueda salvarse.

    Un saludo.

  3. Totalmente de acuerdo en todo lo dicho. De hecho es la unica oposición sería a los Gil. Yo les admiro.

    Saludos.